jueves, 13 de marzo de 2014

L A ALIMENTACIÓN TEOSOFICA



Eduardo Alfonso

La alimentación digestiva es la más material de todas. Ella proporciona fundamentalmente la parte material del organismo, si bien en la natural alimentación de frutos crudos, esta parteó material se reduce a lo estrictamente necesario y se aumenta hasta el máximo posible el ingresos de energías por el tubo digestivo. Nada de extra o tiene este siglo tan material por el que estamos pasando, se caracterice por el culto al vientre o sea a los placeres de la mesa. Todo se celebra con banquetes. Todo se festeja con funciones casi siempre anormales del tubo–digestivo. Esta es la realidad. Y no cabe duda de que semejante alimentación tenga positiva Influencia en las ideas emitidas, ya que al requerir estas, funciones cerebrales, estas funciones se hallan dificultadas por los residuos y gases tóxicos de la alimentación excesiva y carnívora. El que materializa con alimentos groseros y tóxicos las células de su cuerpo hace descender la mente a planos más bajos y más sensuales. En cambio, los materiales de construcción del cuerpo pueden sutilizarse espiritualizarse, si se me permite la expresión con una adecuada alimentación vegetariana, predominantemente crudivora, que tantos valores energéticos, Eléctricos, magnéticos, radioactivos, vitales, y con tan gran predominio sobre el valor material aporta al cuerpo.


Mirando al mundo, se hallar el ejemplo de esto que afirmo. Veremos unas personas gruesas mal olientes, de funciones retardadas, paso lento, pesadez, tardas en comprender, con ideales de lujo, comodidades de holgazanería, y, sobre todo, con una mesa bien puesta. Estas personas son condenadas a los lazos de la materia, y se preocupan y enfadan por los menores detalles de la vida material.


La espiritualización de la materia o sea el elevarla a planos más energéticos solo puede conseguirse con la alimentación vegetariana y con la práctica diaria de alimentación pulmonar y cutánea


Por otra parte: El hombre que al civilizarse, se hizo incapaz de matar animales inocentes o Indefensos, al comer carne, obliga a un semejante indirectamente a mantener sus instintos y sentimientos en el bajo nivel de animalidad al que le obliga su repugnante papel de matarife. Yesto no es moral, ni humano, ni teósofo. No podemos ser cómplices,


Llamándonos espiritualistas, de que otros hombres estanquen su evolución en tan desagradables papeles, y de que se produzcan tan grandes y tan tenebrosas oleadas astrales de odio, rencor, sufrimiento, terror, angustia como representan las almas vengativas de tantos animales indefensos…


Sacrificados inútilmente por el hombre, que mas no hace sino plagar todo un mundo invisible de enemigos prestos a tomarse la revancha a la menor oportunidad. Recurramos a la alimentación que nos brinda la Madre Tierra con sus frutos. El hombre tiene – la constitución anatómica y fisiológica de ser frugívoro-. La química nos enseña que estos


alimentos carecen de residuos tóxicos. Son los únicos que permiten la más perfecta piedad respeto hacia todo lo creado, porque el árbol o la planta, nos brinda sus frutos, verdaderos acumuladores de la luz solar, sin que para ello tengamos que segar su vida que también nos da sombra, frescura y alegra. ¡Que sublime grandeza la de la alimentación frugívora!


Hubo quien dijo muy acertadamente Cuando se os muestra algo bello,podéis asegurar que la Verdad viene detrás. En el ánimo de todos está la grata impresión (impresión de alegra y paz)que nos da la presencia de un huerto lleno de frutos; haciendo violento contraste con la escena brutal, inhumana, del cerdo, atado, puesto patas arriba lanzando desgarradores gemidos al aire, atravesado el corazón por el cuchillo del hombre, que Dios hizo a su imagen y semejanza.


Dr. E. ALFONSO. Medico Fisiatra.



Madrid 20 de Junio de 1923.


Luis Lovera G .··

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