domingo, 6 de abril de 2014

Especie en extinción.



Hoy nuestra sociedad vive una crisis de valores; que la está llevando al abismo a esta y por ende de dejar de ser sociedad, ¿Por qué? Simplemente porque las madres ya no existen en nuestras sociedades, y esto porque, simplemente porque la mujer entro a competir con el hombre y hoy hasta ha demostrado ser mejor muchas veces que el hombre, pero esta acción que trae como consecuencia en nuestra sociedad niños que crecen sin un soporte emocional y por lo tanto son candidatos aun antes de la adolescencia de ser consumidores de drogas o alcohol; o ser miembro de una pandilla.
Este fenómeno nace allá por la década del 40 cuando en EEUU, su población no quería ser partícipe de la segunda guerra mundial; pero después de Perl Harbor cambio la opinión de todos los norteamericanos, los cuales muchos de ellos se fueron gustosos a morir por su país en las islas del pacifico o en las playas de Normandía donde muchos murieron antes de tocar tierra; entonces casi la mitad de la flota norteamericana yacía bajo el océano; se convocó a muchos jóvenes norteamericanos , Venezolanos y mexicanos para combatir contra los alemanes; entonces la plana mayor con el congreso de ese entonces dicto leyes donde las fabricas empezaron fabricar material de guerra, es así como los EEUU logran en breve tiempo revertir su eminente derrota; pero para esto no habían hombres que trabajaran en las fábricas, porque ellos estaban entrenando para ir a combatir; entonces es aquí cuando la ama de casa norteamericana empieza a reemplazar al hombre en muchos trabajos; y por lo tanto pasa a ser una persona de vital importancia en el futuro de la nación más poderosa del mundo; entonces ya vemos cuando la mujer empieza a dejar de ser mama para ser otra cosa; ( en culturas orientales caso de la japonesa es considerado un trabajo, es más un honor cuidar a los hijos).
Ahora bien es en esta etapa donde empiezan a aparecer los King der Garden; donde los hijos pueden quedarse incluso después de unos pocos meses de haber nacido; y es aquí donde empiezan los problemas que más tarde vemos que afloran en la sociedad; luego es más reforzada la idea de los King der Garden, con los descubrimientos que hacen los aliados en Alemania, donde las mujeres Alemanas tenían que producir hijos, con ojos azules verdes y plomos y con una talla de 1.80 como mínimo; a pesar que aquí ya quedo demostrado que el amor de madre es insustituible se siguió este modelo a todo el mundo, y hoy es casi normal para un matrimonio dejar a su hijo a los cuidados de otras personas; luego es más reforzada la liberación de la mujer en la década del 60 y 70, con la guerra de Vietnam y la guerra fría; la mujer va escalando más entre una sociedad que aún no acepta que sus errores hoy los paga con millones de jóvenes esclavos de drogas y alcoholismo, entonces en Europa las mujeres deciden no tener hijos y hoy esa sociedad está en un déficit para los siguientes años; entonces los parlamentos europeos que solución dan a esto; pagan por cada hijo que tengan 10 mil euros, aun así este déficit no ha sido cubierto; entonces como conclusión la mujer hoy juega un papel importante en nuestra sociedad hasta ha demostrado ser mejor muchas veces que el varón; pero la pregunta queda aún en el tintero las siguientes generaciones de niños y futuros integrantes de la sociedad cuantas carencias tendrán por no tener una madre a lado; ahora bien pastores protestantes recomiendas aunque la economía del hogar sea menos es necesario que los niños crezcan con su madre especialmente; puede parecer una idea un poco arcaica o quizás retrograda, pero solo así lograremos seres útiles a una sociedad que día a día se desintegra; sino el paradigma seria claro; no tener hijos, como hicieron muchas mujeres europeas que ya pasaron la etapa de la menopausia; y algunas de ellas se arrepienten de no haberlos tenido. Aquí el camino es uno solo apreciado lector si traes hijos al mundo preocúpate en darles el soporte emocional necesario, de lo contrario no los tengas.
Entonces vimos como en el siglo XX a las mujeres se las puso en condiciones de una granja, porque solo iban a crear hombres perfectos para poblar el mundo;  y ese modelo hoy adopta nuestra sociedad, que al parecer no ha aprendido de sus errores; cual es la base de la sociedad o el núcleo acaso no es la familia, si esto está quebrado ya desde la simiente del futuro ciudadano, que podemos esperar en los siguientes años…
Aquí el paradigma seria el siguiente si vas a tener familia tenla, pero recuerda que tus hijos necesitan un soporte emocional; ahora bien hay hombres en demasía que hoy crían a sus hijos y demuestran ser excelentes personas; frente al abandono de una madre que tuvo hijos por tener, y que abandono el hogar, porque estas cosas se ven de ambas partes; y ahora con ONGs, y hasta un ministerio que muchas veces hace injusticias con padres buenos; aquí el sistema legal debe ser igual para todos; ya que en la constitución dice todos somos iguales ante la ley; pero también los sistemas de justicia tienen que estar a la altura de esto.

jueves, 13 de marzo de 2014

http://www.youtube.com/watch?v=V92OBNsQgxU

http://www.youtube.com/watch?v=V92OBNsQgxU

L A ALIMENTACIÓN TEOSOFICA



Eduardo Alfonso

La alimentación digestiva es la más material de todas. Ella proporciona fundamentalmente la parte material del organismo, si bien en la natural alimentación de frutos crudos, esta parteó material se reduce a lo estrictamente necesario y se aumenta hasta el máximo posible el ingresos de energías por el tubo digestivo. Nada de extra o tiene este siglo tan material por el que estamos pasando, se caracterice por el culto al vientre o sea a los placeres de la mesa. Todo se celebra con banquetes. Todo se festeja con funciones casi siempre anormales del tubo–digestivo. Esta es la realidad. Y no cabe duda de que semejante alimentación tenga positiva Influencia en las ideas emitidas, ya que al requerir estas, funciones cerebrales, estas funciones se hallan dificultadas por los residuos y gases tóxicos de la alimentación excesiva y carnívora. El que materializa con alimentos groseros y tóxicos las células de su cuerpo hace descender la mente a planos más bajos y más sensuales. En cambio, los materiales de construcción del cuerpo pueden sutilizarse espiritualizarse, si se me permite la expresión con una adecuada alimentación vegetariana, predominantemente crudivora, que tantos valores energéticos, Eléctricos, magnéticos, radioactivos, vitales, y con tan gran predominio sobre el valor material aporta al cuerpo.


Mirando al mundo, se hallar el ejemplo de esto que afirmo. Veremos unas personas gruesas mal olientes, de funciones retardadas, paso lento, pesadez, tardas en comprender, con ideales de lujo, comodidades de holgazanería, y, sobre todo, con una mesa bien puesta. Estas personas son condenadas a los lazos de la materia, y se preocupan y enfadan por los menores detalles de la vida material.


La espiritualización de la materia o sea el elevarla a planos más energéticos solo puede conseguirse con la alimentación vegetariana y con la práctica diaria de alimentación pulmonar y cutánea


Por otra parte: El hombre que al civilizarse, se hizo incapaz de matar animales inocentes o Indefensos, al comer carne, obliga a un semejante indirectamente a mantener sus instintos y sentimientos en el bajo nivel de animalidad al que le obliga su repugnante papel de matarife. Yesto no es moral, ni humano, ni teósofo. No podemos ser cómplices,


Llamándonos espiritualistas, de que otros hombres estanquen su evolución en tan desagradables papeles, y de que se produzcan tan grandes y tan tenebrosas oleadas astrales de odio, rencor, sufrimiento, terror, angustia como representan las almas vengativas de tantos animales indefensos…


Sacrificados inútilmente por el hombre, que mas no hace sino plagar todo un mundo invisible de enemigos prestos a tomarse la revancha a la menor oportunidad. Recurramos a la alimentación que nos brinda la Madre Tierra con sus frutos. El hombre tiene – la constitución anatómica y fisiológica de ser frugívoro-. La química nos enseña que estos


alimentos carecen de residuos tóxicos. Son los únicos que permiten la más perfecta piedad respeto hacia todo lo creado, porque el árbol o la planta, nos brinda sus frutos, verdaderos acumuladores de la luz solar, sin que para ello tengamos que segar su vida que también nos da sombra, frescura y alegra. ¡Que sublime grandeza la de la alimentación frugívora!


Hubo quien dijo muy acertadamente Cuando se os muestra algo bello,podéis asegurar que la Verdad viene detrás. En el ánimo de todos está la grata impresión (impresión de alegra y paz)que nos da la presencia de un huerto lleno de frutos; haciendo violento contraste con la escena brutal, inhumana, del cerdo, atado, puesto patas arriba lanzando desgarradores gemidos al aire, atravesado el corazón por el cuchillo del hombre, que Dios hizo a su imagen y semejanza.


Dr. E. ALFONSO. Medico Fisiatra.



Madrid 20 de Junio de 1923.


Luis Lovera G .··

martes, 11 de marzo de 2014

ECOLOGÍA Y RELIGION

Ni la ecología, ni el sentimiento ecologista son una religión. Pero si así fuera… ¿Cuales serían sus mandamientos más importantes? Parece bastante claro que estos mandamientos abogarían por el PACIFISMO (no violencia o amor) y contra el CONSUMISMO (o la avaricia).
En este artículo no vamos a definir lo que es pacifismo ni consumismo, contentándonos con invitar al lector a que intente definirlos. Respecto al pacifismo hay poco que aclarar. Respecto al consumismo, lo que está claro es que cada cosa que consumimos o compramos ha necesitado GASTAR ciertos materiales y energía para su fabricación, aparte de muy posiblemente gasolina para su transporte, uso de productos químicos y otros gastos. Todo eso, al final se traduce en contaminar (tierra, agua y aire) y en desgastar y arrasar nuestro querido planeta. En una de las más bellas obras que expresan el sentido y el sentimiento ecologista, Joaquín Araújo arremetió contra el consumismo y defendió el pacifismo (“indistinguible del pensamiento ecológico” según sus propias palabras).
Lo curioso es que esos dos mandamientos están también implícitos en todas las grandes religiones. Eso no quiere decir que todas las religiones den la misma importancia a la Naturaleza. Mientras las religiones orientales (budismo, jainismo, zen, sintoísmo…) integran al hombre en la Naturaleza y lo hacen uno más, a las grandes religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islam) sólo les interesa el ser humano… es un Dios de humanos.
A continuación vamos a analizar una religión de cada uno de esos grupos: el cristianismo (por ser la religión más extendida entre los países hispano-parlantes), y el jainismo una religión de respeto máximo a la Naturaleza.
Cristianismo, la religión del amor al prójimo
El fundador del cristianismo fue Jesús (Belén 4 a.C.-Jerusalén 33 d.C.), que nació en la pobreza y vivió en ella. A ese, algunos le consideran Dios hecho hombre. Si nos figuráramos cómo habría elegido Dios hacerse hombre, llegaremos a la conclusión de que esa es una de las mejores formas. Dios, si existiera y quisiera hacerse hombre, no podría haber elegido ser rey, ni gobernante, ni rico, ni influyente… ya que todos esos deben adorar más al dinero que al mismo Dios, si es que creyeran en Él. Un rey (por bondadoso que sea) no puede despreciar el dinero ya que dejaría de ser rey, por su propia voluntad o destituido por algún motivo (demencia, casi con total seguridad). ¡Menudo Dios existiría si éste fuera avaro y gustara de atesorar riquezas y exhibirlas públicamente para sentirse mejor adorado!
Podríamos resumirlo en una cita: “Hay más dicha en dar que en recibir” (Hechos 20, 35). Pero los cristianos pueden encontrar más citas interesantes en los evangelios, como (Mt. 5, 38-42; Mt. 10, 9-10; Mt. 22, 39; Mt. 23, 27-28; Lc. 6, 37-38; Lc. 12, 15; Lc. 14, 33) y muchas más. Respecto al pacifismo o la no violencia, quizás el pasaje más famoso sea el de la “mejilla” cuando critica el “Ojo por ojo, y diente por diente” (Mt. 5, 38-44), pero hay otras citas también interesantes (Mt. 5, 9; Mt. 5, 21-25; Mt. 5, 43-44; Mt. 22, 39; Mc. 9, 50; Mc. 12, 31; Lc. 9, 51-56; Lc. 10, 5; Lc. 24, 36). Ya en el Antiguo Testamento, los 10 mandamientos (Ex. 20) incluyen también estos mandamientos ecológicos.
En un pequeño libro titulado “La Iglesia que Quiso el Concilio” (2001) el teólogo jesuita José Mª Castillo decía que con demasiada frecuencia hay un “fanatismo fundamentalista” que “aglutina a gentes que buscan en la religión una paz que, de hecho, les libera del compromiso por transformar el mundo asombrosamente injusto en que vivimos”. En Semana Santa, por ejemplo, muchas procesiones son un claro ejemplo de exhibicionismo impúdico de ese “fanatismo fundamentalista” que, bajo un barniz de religiosidad cristiana, demuestran no haber entendido nada del mensaje de ese Jesús de Nazaret, porque es más fácil adorar a Jesús que seguirle… Otra de las fiestas cristianas más celebradas es la Navidad y ahí tenemos otro ejemplo de despilfarro desmedido. En vez de apagar las luces en señal de austeridad, se encienden más bombillas que nunca, tanto en casa, como en las calles. Lo importante, parece ser, es derrochar optimismo y vatios de energía. Al menos, a esos tres Reyes Magos (que seguramente no existieron realmente, y que, en tal caso ni fueron tres, ni fueron reyes, ni fueron magos) podríamos pedirles que sólo traigan juguetes SIN PILAS, uno para cada niño del mundo y que ningún niño se lleve el de otro, que no nos traigan ropa que no necesitamos y que estos Reyes no despilfarren tanto por ciertos países y se vayan con su generosidad a donde más se les necesite.
Ante ese mundo “asombrosamente injusto”, ¿qué podemos hacer?. José Luis Martín Descalzo, en su obra “Vida y Misterio de Jesús de Nazaret”, clasifica lo que se puede hacer en varias categorías: a) “Algunos reaccionan con actitud pasiva (…) Se reconocen impotentes ante las fuerzas del mal”. b) “Otros se dejan caer en la angustia y el pesimismo (…) Se hunden en la desesperación”. c) “Otros (…) se rebelan contra esta injusticia. Piensan que cambiando ciertas estructuras [políticas o sociales] habrán derrotado para siempre el dolor”. d) “Algunos filósofos se dedican a investigar las razones metafísicas del dolor, aportan teorías, dan consuelos”. Sin embargo, hay una quinta alternativa, que es la que adoptó Jesús: “descendió personalmente a la injusticia, la curó en lo que pudo”. Parece que ayudó a quien se iba encontrando por su vida, sin pretender ayudar a todo el mundo y sin dejar de denunciar esas injusticias. ¿Acaso hay una forma mejor de actuar?
Bien es cierto que puede también criticarse al cristianismo de no haber sabido dar a la Naturaleza la importancia que tiene y que, de hecho, sí le dan otras religiones. En su libro “Ética Práctica” (2003), Peter Singer decía que “en contraste con otras tradiciones antiguas, por ejemplo la de la India, tanto para la tradición hebrea como para la griega los seres humanos eran el centro del universo moral”. En la Biblia se da permiso al hombre para que “señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Génesis 1, 26). Peter Singer explica que “los que se interesan por el medio ambiente afirman que debería contemplarse no como una licencia para hacer lo que queramos con otras cosas vivientes, sino como una instrucción para cuidar de ellas”, pero también añade que “hay poca justificación en el texto en sí mismo para darle tal interpretación; y dado el ejemplo que Dios puso cuando ahogó a casi todos los animales de la tierra con objeto de castigar a los seres humanos por su maldad, no es de extrañar que la gente piense que no merece la pena preocuparse porque se vaya a anegar el valle de un río” al construir una presa. Parece dejar claro que nuestro consumismo y nuestro bienestar es prioritario.
El mismo Jesús, que tanto amor predicaba hacia los seres humanos, “destrozaba una higuera y hacía que se ahogara una piara de cerdos” (cfr. Mt. 21, 18-19 y Mt. 8, 28-34). La pobre higuera no daba frutos pero es que, como se dice en la Biblia, no era tiempo de higos. Por otra parte, no se conoce que Jesús dijera nada sobre el respeto a los animales ni las plantas, más bien llegaba a insinuar lo contrario (Mt. 10, 31). El periodista y escritor Eduardo Galeano ya se daba cuenta de eso y en sus peticiones para un mundo mejor añadía que “la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte»”.
Algunos pensarán que no estamos dando una interpretación correcta a algunos hechos bíblicos, pero nadie estaría en contra de que ese mandamiento que propone Galeano tuviera el mismo rango que los otros. Quizás la explicación última la da Peter Singer al añadir que “incluso en el marco de una moral centrada en el ser humano, la conservación del medio ambiente tiene un valor de la mayor importancia posible”, porque dañar la naturaleza es también dañar al ser humano: Usar el coche influye en el efecto invernadero que está haciendo cambiar el clima y subir el nivel del mar, lo cual afecta negativamente a muchas personas. Lo mismo se puede decir de muchas actividades, quizás todas basadas en el consumismo, que provocan lluvia ácida, contaminación atmosférica, problemas con el agua, extinción de especies…
San Agustín también decía que “abstenerse de matar animales y destrozar plantas es el colmo de la superstición”. Santo Tomás de Aquino siguió a Aristóteles en su obra más importante, la Summa Theologica, llegando a afirmar que “no hay posibilidad de pecar contra animales no humanos o contra el mundo natural”. Singer reconoce que afortunadamente, el cristianismo tuvo “espíritus más moderados (…) como san Basilio, san Juan Crisóstomo y san Francisco de Asís, pero para la mayor parte de la historia cristiana no han tenido ningún impacto relevante”.
En estos tiempos, es triste para nosotros constatar que el Papa no ha criticado con la fuerza que nos gustaría ni el destrozo a nivel mundial de la Naturaleza, ni el consumismo de los cristianos por Navidad (especialmente en Europa), ni el despilfarro de oro y joyas de las imágenes que se sacan en procesión por Semana Santa, ni… ni siquiera se atrevió a reprochar al presidente de España su apoyo a la guerra de Irak de 2003 cuando pocos meses después de su comienzo visitó España (recordemos que dicho presidente, el Sr. Aznar, fue junto con los presidentes del Reino Unido y Estados Unidos los que declararon la guerra a Irak en un acuerdo tomado en las islas Azores). ¿Alguien cree que Jesús también se hubiera callado al tener la oportunidad de denunciar alguna injusticia ante uno de sus causantes? En realidad, es que no se puede identificar el cristianismo con ninguna jerarquía eclesiástica. Cualquier jerarquía humana está basada en relaciones de “poder”, algo que jamás aceptó ni promovió Jesús. En el libro “Jesús y el Poder Religioso” (2003), Carlos Escudero resalta que el poder que se atribuye y ejerce el Papa no proviene del Evangelio, y conociendo a Jesús podemos afirmar que él no aceptaría jamás ni ser Papa ni estar sometido a él. José Luis Martín Descalzo, en la obra citada anteriormente ya reconocía con duras palabras que “todo poder humano es demoníaco”.
Jainismo, una religión oriental
Si nos alejamos del cristianismo es fácil encontrarnos otras religiones y creencias que mandan respetar la Naturaleza. El número 10 de la versión en español de la revista “The Ecologist” se dedicaba en especial a las religiones, a propósito de un encuentro interreligioso celebrado en Barcelona en Mayo de 2002. Allí, miembros de las religiones católica, budista, musulmana, hinduista, indígenas y otras, coincidieron en la necesidad de cambiar el rumbo.
Por poner un ejemplo interesante, el Jainismo es una de las religiones más antiguas del mundo y aunque algunos afirman que tiene orígenes prehistóricos, parece que fue fundada por Mahavira (599-527 a.C.), contemporáneo de Buda. Al contrario que el budismo, el jainismo no se extendió fuera de la India. Los jainistas hacen cinco votos: renunciar a matar o hacer sufrir seres vivientes (Ahimsa), a mentir (Satya), a ambicionar o robar (Asteya), a los placeres sexuales (Brahmacharya) y a los vínculos mundanos (Aparigraha, o desapego de lo material). La regla principal es la Ahimsa o la no violencia en todos los aspectos de la persona: mental, verbal y físico. Los jainistas tienen una profunda compasión por todas las formas de vida, basada en la igualdad de las almas sin importar las diferencias en las formas físicas, desde los humanos, pasando por las plantas y los animales, hasta los organismos vivientes microscópicos. Un jainista tiene cuidado de no pisar ningún bicho al andar. También es muy importante la Aparigraha, desapego a las cosas materiales a través del control de uno mismo y de la limitación voluntaria de las necesidades.
Por supuesto, los jainistas son vegetarianos, viéndose esto como una forma de conseguir la Ahimsa. Un objetivo de su dieta es causar el mínimo de violencia hacia los seres vivos (muchas formas vegetales incluyendo raíces y ciertas frutas también están excluidas de la dieta jainista, debido al gran numero de seres que viven por el ambiente en que crecen). Por otra parte, como hizo Singer, el vegetarianismo también puede ser defendido desde un punto de vista ético, no religioso. El gran pacifista indio Mahatma Gandhi (1869-1948) bebió sin duda del Jainismo a lo largo de su vida y el ejemplo que nos dio fue tan grande que el gran físico Albert Einstein (1885-1962) llegó a decir de Gandhi que “las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre como éste caminó la tierra en carne y hueso.”
¿Conclusiones?
Por todo lo dicho podemos concluir que ninguna religión ni ninguna ética puede exigirnos cambiar el mundo. Lo que parecen pedirnos es que nos cambiemos a nosotros mismos. Ese cambio ya es suficiente tarea. Cambiarnos a nosotros mismos… para cambiar el mundo, pero… ¿Cuál debe ser el sentido de ese cambio? La respuesta es simple y compleja: “Buscad y hallareis” (Mt. 7, 7).
Terminamos con una cita del teólogo brasileño Leonardo Boff: “Una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere a ser más, no a tener más”.
Seas de la religion que seas, seas creyente o no… SE ECOLOGICO Y LOGICO Descripción: :)
Fuentes: http://www.lcc.uma.es/


martes, 25 de febrero de 2014

Leonardo Boff: Zen y la crisis de la cultura occidental

Vengo insistiendo desde hace tiempo en que por detrás de la crisis actual económico-financiera actual hay una crisis de paradigma civilizatorio. ¿De qué civilización? Se trata obviamente de la civilización occidental, que a partir del siglo XVI fue mundializada por el proyecto de colonización de los nuevos mundos.

Este tipo de civilización se estructura en la voluntad de poder-dominación del sujeto personal y colectivo sobre los otros, los pueblos y la naturaleza. Su arma mayor es una forma de racionalidad, la instrumental-analítica, que compartimenta la realidad para conocerla mejor y así someterla más fácilmente. Después de quinientos años de ejercicio de esta racionalidad, con los innegables beneficios que ha traído y que encontró en la economía política capitalista su más cabal realización, estamos constatando el alto precio que nos ha hecho pagar: el calentamiento global, inducido en gran parte por el industrialismo sin límites, y la amenaza de una catástrofe previsible ecológica y humanitaria. 

Estimo que todos los esfuerzos que se hagan dentro de este paradigma para mejorar la situación serán insuficientes. Serán siempre más de lo mismo. Tenemos que cambiar para no perecer. Es el momento de inspirarnos en otras civilizaciones que ensayaron un modo más benevolente de habitar el planeta. Lo que fue bueno ayer, puede valer también para hoy. 

Tomo como una de las referencias posibles el zenbudismo. Primero, porque ha influenciado todo el Oriente. Nacido en la India, pasó a China y llegó a Japón. Después, porque ha penetrado ampliamente en estratos importantes de Occidente y de todo el mundo. El Zen no es una religión. Es una sabiduría, una manera de relacionarse con todas las cosas de tal forma que se busca siempre la justa medida, la superación de los dualismos y la sintonía con el Todo. 

Lo primero que hace el budismo zen es destronar al ser humano de su pretendida centralidad, especialmente del yo, núcleo básico del individualismo occidental. Él nunca está separado de la naturaleza, es parte del Todo. En seguida, procura una razón más alta que está más allá de la razón convencional. Se niega a tratar la realidad con conceptos y fórmulas. Se concentra con la mayor atención posible en la experiencia directa de la realidad tal como la encuentra. 

«¿Qué es el zen?» preguntó un discípulo al maestro. Y éste respondió: «las cosas cotidianas; cuando tienes hambre, comes, cuando tienes sueño, duermes». «¿Pero no hacen eso mismo todos los seres humanos normales?» -atajó el discípulo. «Sí» ―respondió el maestro― «los seres humanos normales cuando comen piensan en otra cosa, cuando duermen, no pegan ojo porque están llenos de preocupaciones». ¿Qué significa esta respuesta? Significa que debemos ser totalmente uno en el acto de comer y totalmente entregados al acto de dormir. Como ya decía la mística cristiana Santa Teresa: «cuando gallinas, gallinas, cuando ayuno, ayuno». Esta es la actitud zen. Empieza por hacer con la máxima atención las cosas más cotidianas como respirar, andar y limpiar un plato. Entonces ya no hay dualidad: estás todo tú en todo lo que haces. Por eso, obedece a la lógica secreta de la realidad sin la pretensión de interferir en ella. Acogerla con el máximo de atención nos hace integrados porque no nos distraemos con representaciones y palabras. 

Esta actitud le ha faltado al Occidente globalizado. Estamos siempre imponiendo nuestra lógica a la lógica de las cosas. Queremos dominar. Y llega un momento en que ellas se rebelan, como estamos constatando actualmente. Si queremos que la naturaleza nos sea útil, debemos obedecerla. 

No dejaremos de producir y de hacer ciencia, pero lo haremos con la máxima conciencia y en sintonía con el ritmo de la naturaleza. Orientales, occidentales, cristianos y budistas pueden usar el zen de la misma forma que peces grandes y pequeños pueden morar en el mismo océano. Es otra forma de vivir que puede enriquecer nuestra cultura en crisis.

El secreto de Sócrates

Cuando hable con alguien no empiece discutiendo las cosas en las que hay divergencias entre los dos. Empiece destacando - y siga destacando - las cosas en las que están de acuerdo. Siga acentuando - si es posible - que los dos tiendan al mismo fin y que la única diferencia es de método y no de propósito.

Haga que la otra persona diga: "Sí, sí", desde el principio. Evite, si es posible, que diga "NO".

Un NO como respuesta es un obstáculo sumamente difícil de vencer.

Cuando una persona ha dicho NO, todo el orgullo que hay en su personalidad exige que sea consecuente consigo mismo... Tal vez comprenda más tarde que ese NO fue un error, pero de todos modos tiene que tener en cuenta su precioso orgullo. Una vez dicha una cosa, tiene que atenerse a ella. Por lo tanto, es de primordial importancia que lancemos a una persona en la dirección afirmativa.

El orador hábil obtiene desde el principio una serie de "SÍ", como respuesta. Con ello ha puesto en movimiento en la dirección afirmativa, los procesos psicológicos de quienes lo escuchen. Es como el movimiento de una bola de billar. Impúlsela en una dirección, y se necesita cierta fuerza para desvirtuarla; mucho más para enviarla de vuelta en la dirección opuesta.

Son muy claros aquí los patrones psicológicos. Cuando una persona dice NO y en realidad quiere decir eso, ha hecho mucho más que pronunciar una palabra de dos letras. Todo su organismo- glandular, nervioso, muscular - se aúna en un estado de rechazo. Suele haber en un grado diminuto pero a veces perceptible, una especie de retirada física o de prontitud para la retirada. Todo el sistema neuromuscular, en suma, se pone en guardia contra la aceptación.

Por el contrario, cuando una persona dice "SÍ", no se registra ninguna de estas actividades de retirada. El organismo está en una actitud de movimiento positivo, aceptable, abierto. Por ende, cuantos más "SÍ" podamos incluir desde un comienzo, tanto más probable es que logremos captar la atención del interlocutor para nuestra proposición final.

Es una técnica muy sencilla esta respuesta afirmativa ¡ y cuan descuidada! A menudo parece que la gente lograra un sentimiento de importancia mediante el antagonismo inicial en una conversación.

El extremista comienza una charla con un conservador, e inmediatamente le pone furioso. en rigor de verdad, ¿qué beneficios obtiene con ello? Si lo hace sencillamente para obtener algún placer particular, se le puede perdonar. Pero si espera conseguir algo, tan solo demuestra que es psicológicamente estúpido.

Si hacemos que un estudiante, o un cliente, o un hijo, o un esposo, o una esposa, diga NO en un comienzo, necesitaremos la sabiduría y la paciencia de los ángeles para transformar esa erizada negativa en una afirmativa.

Se necesitan años de tiempo y miles de dólares en negocios perdidos antes de aprender que discutir no da beneficios, que es mucho más provechoso e interesante mirar las cosas desde el punto de vista del interlocutor, y hacerle decir "SÍ, SÍ" desde el principio.

Sócrates, era un hombre brillante a pesar de que andaba descalzo y de haberse casado con una niña de 19 años cuando él tenía cuarenta y ya estaba calvo. Hizo algo que sólo un puñado de hombres han podido lograr en toda la historia: cambió radicalmente todo el curso del pensamiento humano, y ahora, veintitrés siglos después de su muerte, se le honra como a uno de los hombres más hábiles para persuadir a los demás.

¿Su método? ¿Decía a los demás que se equivocaban? Oh, no. Era demasiado sagaz para eso. Toda su técnica, llamada ahora "método Socrático", se basaba en obtener una respuesta de "SÍ; SÍ". Hacia preguntas con las cuales tenía que convenir su interlocutor. Seguía ganando una afirmación tras otra, hasta que tenía una cantidad de "seis" a su favor. Seguía preguntando, hasta que por fin, casi sin darse cuenta, su adversario se veía llegando a una conclusión que pocos minutos antes habría rechazado enérgicamente.

Los chinos tienen un proverbio lleno de la vieja sabiduría oriental: "quien pisa con suavidad, va lejos".

Estos chinos, tan cultos, han pasado cinco mil años estudiando la naturaleza humana, y han empleado en ello mucha perspicacia: "Quien pisa con suavidad, va lejos".

TODOS SOMOS UNO

Cuando los hombre y mujeres de toda creencia
 lleguen a comprenden que comparten
 un legado espiritual común
 como hijos de un mismo Padre
 sea el nombre que su tradición  escoja llamarle
 comenzará una nueva era de fraternidad y paz